El conflicto por Gibraltar y el Brexit

El futuro del Peñon en el punto de mira tras el Brexit




Con los resultado obtenidos en el referéndum del Brexit, Reino Unido inicia el proceso para establecer un acuerdo con la Unión Europea en beneficio de su salida de esta. Es entonces cuando surge en los países europeos la necesidad de abordar el destino de sus relaciones con el país británico. Uno de los principales asuntos de interés de España es Gibraltar, última colonia en suelo europeo y que se encuentra además dentro de los territorios del Comité Especial Descolonización de la ONU. El Brexit planteea una oportunidad para reclamar su soberanía sobre el Peñón.

¿Por qué Gibraltar no pertenece a España?

Gibraltar fue ocupado por la Corona Británica en 1704. Esto fue consecuencia de la Guerra de Sucesión Española entre los Borbones y la casa de Austria. Las tropas lideradas por el almirante George Rooke accedieron al Peñón por el istmo de tierra que lo une con la Península e izaron la bandera del país, declarándolo como territorio propio. En 1713, Felipe V cede la soberanía de Gibraltar a Gran Bretaña de manera oficial en el Tratado de Utrecht. En sucesivas ocasiones se intentó sin éxito recuperar el territorio por la vía bélica. Reino Unido cedió a Gibraltar cada vez más autonomía y, más de dos siglos después, en 1969 promulga una Constitución para este, dotándolo de jurisdicción e instituciones propias. Esto provocó el cierre de la frontera por parte de Franco hasta que en 1982 se reabre parcialmente.

Gibraltar en la actualidad

Gibraltar juega un papel fundamental en la economía del Campo de Gibraltar -unas 12.000 personas cruzan la frontera cada día-. Según la OCDE, es un paraíso fiscal y esto se refleja en ventajas como la exención fiscal para empresas offshore -compañías registradas dentro de Gibraltar pero que realizan su actividad económica fuera-. Sin embargo, la baja fiscalidad ha favorecido a la economía sumergida. De hecho, la colonia británica goza de un estatus especial dentro de la Unión Europea por lo que esta exento de cumplir determinadas medidas económicas. El PIB per cápita de Gibraltar es muy elevado (ronda las 90.000 libras) y contrasta con el territorio español que lo rodea por lo que la perdida de la soberanía supondría también la de su régimen fiscal y de su riqueza. Es importante destacar, que en la Constitución de 1969 queda recogido que la soberanía de Gibraltar reside en su pueblo, compuesto por 32.000 ciudadanos, por lo que Reino Unido no puede negociar sin la aprobación por parte de estos.

Gibraltar en la órbita del Brexit

Volviendo al asunto que nos ocupa, sorprende el hecho de que el 96% de los gibraltareños votaron en contra del Brexit debido ciertamente al temor a que España vuelva a cerrar la frontera, reflejo de la interdependencia existente entre Gibraltar y su entorno. La salida del Reino Unido de la UE supondría la posibilidad de la salida de estos del mercado único europeo. 

Fabián Picardo y Theresa May
Con todo esto, a finales de noviembre de 2018, Pedro Sánchez acordó con Theresa May y la Unión Europea una serie de puntos a tener en cuenta, con respecto a Gibraltar, de cara al proceso de transición al Brexit que comenzará el 29 de marzo de 2019. Las claves de este acuerdo giraban en torno a la fiscalidad, los derechos de los trabajadores transfronterizos, la lucha contra el contrabando, la protección medioambiental y la cooperación policial. Tras esto, España tiene la última palabra sobre cualquier decisión que afecte a sus relaciones con Gibraltar. Sin embargo, la propuesta inicial de Madrid tenía como fin inicial lograr la cosoberanía, lo cual se antoja complicado a día de hoy. Fabián Picardo, primer ministro gibraltareño, negó la validez legal del acuerdo y remarcó, como dice la Constitución, que la soberanía de Gibraltar es británica y que, por tanto, cualquier decisión que se tomara con respecto al futuro de la colonia debería pasar por la autodeterminación del propio pueblo.

El conflicto histórico existente entre España y Reino Unido con respecto a Gibraltar aguarda, a fin de cuentas, una gran complejidad. Después de 300 años, las costumbres de los ciudadanos están muy arraigadas a las británicas y la mayoría de los gibraltareños prefiere seguir bajo la tutela de Reino Unido. La descolonización debe ser fruto de un acuerdo trilateral (Reino Unido-España-Gibraltar) progresivo que, en vista a los hechos, se antoja complicado. ¿Qué le deparará el destino a Gibraltar?



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